El concepto del enfoque constructivo de la Historia ha ido cambiando en el tiempo y las culturas. La Historia es progresiva, como curso de los acontecimientos y como documentación de su constancia. El contenido de la Historia no puede ser captado más que a medida que vayamos experimentándola. El progreso no es una línea recta. Hay períodos de regresión y otros de progreso. El progreso no es igual, ni simultáneo para todos. La creencia en el progreso no significa creer en su proceso, cualesquiera que sea, sino en el desarrollo progresivo de las potencialidades humanas. El progreso es un término abstracto.
Si la Historia es la suma de las historias de la sociedad y las personas que integran esa sociedad. ¿A alguien le puede extrañar que haya momentos de progresos y otros de regresión?
La historia, además de un diálogo entre el pasado y el presente, es un diálogo entre los acontecimientos del pasado y las metas del futuro que emergen progresivamente.
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