Historia y causas

Hegel

El estudio de la Historia es un estudio de causas. Hay historiadores que usan el análisis casual, respondiendo a la pregunta ¿por qué ocurrió?, mientras otros lo hacen con el enfoque funcional, con la pregunta ¿cómo ocurrió? El historiador se enfrenta con múltiples causas.

Queremos saber lo que sucedió, por también queremos saber el porqué sucedió. Y lo necesitamos saber por un lado para entender la Historia y por otro para poder sacar conclusiones que nos sirvan en el presente.

Poincaré afirmó que la ciencia avanza, a la vez, hacia la complejidad y multiplicidad y hacia la sencillez y unidad, siendo una condición necesaria para el conocimiento. Lo mismo ocurre con la Historia. El historiador debe trabajar tanto con la sencillez como con la multiplicación de las causas.

Cuando se habla de Historia, del pasado, el presente y el futuro, es inevitable trazar mentalmente un camino que nos lleve a algún lugar. Ya sea en la Historia de la Humanidad o en la Historia de la Tierra. En ésta última, el paleontólogo Teildhar de Chardin afirmaba que la evolución biológica se dirige a un objetivo de lograr mayores niveles de conciencia. En la Historia de la Humanidad, ¿existe un propósito final? ¿Cuál es? El determinismo en la Historia o la perversidad de Hegel, que sostenía que la Historia avanza hacia un objetivo, o el azar en la historia o la nariz de Cleopatra, que cambió la Historia al enamorarse de ella Marco Antonio. Ha habido críticas contra Hegel y Marx, unidos en el llamado historicismo.

El determinismo no se sostiene porque las acciones humanas son indeterminadas y no tienen causa. Las acciones humanas son tanto libres como determinadas, dependiendo del punto de vista con que se las observa. Nada es inevitable en la Historia.

La otra teoría es que la Historia se debe a consecuencias fortuitas. Sin embargo son cosas determinadas y puntuales

Hoy día es difícil sostener el determinismo en la Historia, lo que se demuestra por los cambios y hechos imposibles de predecir. Pero afirmar lo contrario, el azar puro, también es muy arriesgado.

No todos los hechos son históricos, hay hechos que no cambian el sentido de la Historia. Pero la distinción entre históricos y hechos ahistóricos no es rígida, ni constante. La Historia es un proceso de selección. Las causas de los hechos pueden ser racionales o accidentales.



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