Historia, sociedad y personas

No hay respuesta a la pregunta ¿qué es primero, la sociedad o la persona? La sociedad influye en las personas, en su lenguaje, en su pensamiento. Los antropólogos suelen decir que el hombre primitivo es menos individual y está más completamente moldeado por su sociedad que el hombre civilizado. Hay en ello una parte de verdad. Las sociedades más simples son más uniformes. Pero el hombre civilizado, lo mismo que el hombre primitivo, es moldeado por la sociedad, de un modo tan real y efectivo como moldea él la sociedad en que vive. El culto del individualismo es, entre los mitos históricos modernos, uno de los más difundidos. El individualismo era la base de la gran filosofía decimonónica del utilitarismo. Muchos síntomas sugieren que dicho período histórico ha tocado a su fin. Lo privado se va sustituyendo por lo colectivo. Pero la ideología del individualismo es todavía una fuerza dominante en Europa occidental y en los países de habla inglesa. El enfoque de la Historia como algo escrito por individuos acerca de los individuos fue el adoptado y fomentado por los historiadores liberales del siglo XIX. Es un enfoque que no es fundamentalmente erróneo, pero hoy nos parece excesivamente simple e insuficiente.

El historiador es un ser humano individual, pero forma parte de la Historia y camina con ella. Esto se nota sobre todo cuando el período investigado dista mucho de su propia época. La gran Historia se escribe precisamente cuando la visión del pasado por parte del historiador se ilumina con sus conocimientos de los problemas del presente.

Hay dos verdades importantes: no se puede comprender o apreciar la obra de un historiador sin captar su posición con la que la aborda. Esta posición tiene raíces en una base social e histórica. El historiador es producto de la Historia. No sólo fluyen los acontecimientos, fluye el propio historiador. Quizá el historiador, cuanto más consciente es de su situación, mejor se puede elevar sobre ella. Respecto a los hechos de la historia, se ha dado mucha importancia al genio individual, pero nuestra sociedad es más compleja.

La realidad histórica es mucho más compleja que el comportamiento de una sóla persona, es mucho más que la teoría de la nariz de Cleopatra, que su nariz era tan bella que hizo enamorar a Marco Antonio, provocando la guerra civil en Roma.

Es un error separar a la persona del grupo. Los primeros biólogos así lo hacían. Puede que la historia no haya pasado de esa fase. Según E.H.Carr el hombre es quien hace la Historia. No existen fuerzas exteriores que la dirigen.

La teoría del gran hombre, alguien que cambia la vida de sus semejantes, no es una mera etiqueta, pero tampoco es independiente de la época en que vive. Es un individuo destacado, a la vez producto y agente del proceso histórico, representante tanto como creador de fuerzas sociales que cambian la faz del mundo y el pensamiento de los hombres.

La interacción entre el historiador y los hechos es el diálogo entre la sociedad de ayer y la de hoy. Hacer que le hombre pueda comprender la sociedad del pasado e incrementar su dominio de la sociedad del presente es la función de la Historia.

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