El historiador y la Ciencia

Artefacto arqueológico

En la lengua inglesa, la Historia no es Ciencia. En otro idioma europeo, sí. A finales del siglo XVIII se pensó que el desarrollo de la Ciencia podría contribuir a la mejora de las ciencias sociales. El concepto de éstas, entre ellas la Historia, fue desarrollándose a lo largo del siglo XIX. Se pensó en aplicar métodos científicos a la Historia. Hoy la Historia está más cerca de la ciencia que estaba hace cien años. Durante los siglos XVIII y XIX se sostenía que el Universo estaba regido por leyes. Este planteamiento se aplicó a las ciencias sociales (como las leyes de Malthus, de Marx). La división de la Historia en períodos no es un hecho, sino una herramienta mental. Lo mismo ocurre con la división de la historia en sectores geográficos.

Sin embargo existen diferencias entre la Ciencia y la Historia:

1) La Ciencia estudia lo general y la Historia lo particular

2) De la Historia no se pueden obtener leyes como de la Ciencia

3) La Historia no puede pronosticar, mientras la Ciencia sí

4) La Historia es forzosamente subjetiva

5) La Historia implica problemas de religión y moralidad.

Otra diferencia existente, para algunos autores como E.H. Carr es que la Historia no enseña nada. En mi opinión, no estoy de acuerdo con esta afirmación. Poco o mucho, algo enseña, otra cosa es que la sociedad no quiera aprender nada de ella.

El historiador es un generalizador nato. El ser humano es muy complejo y las predicciones en ciencias sociales no tienen la predicción como las de física.

La vieja división entre Ciencias y Letras refleja la disputa entre las dos culturas (Humanidades, clase rectora; Ciencias, técnicos a su servicio).

La distancia entre la Historia y una Ciencia no ha de ser mayor que entre dos ciencias. Así, por ejemplo, la distancia entre la Física y la Biología es relativamente pequeña, pero en cambio, entre la Física y la Historia es abismal. Por esta razón es necesario dotar a la Historia de instrumentos científicos tales como el análisis estadístico, el análisis químico en Arqueología, etc.

La Historia comienza cuando los hombres empiezan a pensar en el transcurso del tiempo, no en función de procesos naturales, sino en función de una serie de acontecimientos específicos. El siglo XX fue el siglo de la ciencia y la Tecnología, de desarrollo de un proceso que hoy día parece imparable. La época actual, a pesar de la marginación en los planes docentes, es la que más se ha ocupado de la Historia y la que más piensa en términos históricos.

Pero desde luego que no todo y menos en la Historia se puede explicar a la luz de la razón. Todo invento o innovación tiene sus aspectos positivos y negativos. El centro de gravedad mundial se ha trasladado de Europa occidental a Norteamérica, con todo lo que esto significa.

En el siglo XVIII la historia era aún la Historia de las élites. En el siglo XIX se avanzó hacia una Historia como Historia nacional o de las naciones. En el siglo XX, el pueblo fue el protagonista. Y el siglo XXI es posible que sea el siglo de la Historia total o la Historia científica.

Dos retos quedan por delante: una Historia más seria y científica y con una Historia con una mejor comprensión de los acontecimientos.


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