El historiador ante los hechos

Batalla de Cravant

Los historiadores se contradicen. Hay algunos que piensan que hay una verdad histórica objetiva y otros que no. Nuestra opinión refleja nuestra posición en el tiempo.


El siglo XIX fue una gran época para los hechos. La enseñanza histórica de entonces era la Historia de los hechos. La labor del historiador era mostrar lo que aconteció. Se impone el Positivismo, ciencia pura y dura. Primero, averiguar los hechos, luego, deducir las conclusiones. En Gran Bretaña, coincidió con la tradición empírica. Que ésta viene a afirmar, a grosso modo, que sin experimentos, ni realidad tangible, no hay Ciencia. Y el problema es que en la Historia (lo mismo que en la Geología) los experimentos ya se han hecho y no se pueden volver a repetir. Sólo se pueden sacar conclusiones. La Historia es un cuerpo de hechos verificados. Pero hay un obstáculo. No todos los hechos del pasado son hechos históricos. Cual es el criterio para separar los hechos históricos de otros hechos del pasado? Para el historiador la precisión es un deber, no una virtud. Es una condición del historiador. El historiador es el que decide a que hechos se da paso y en que orden y contexto hacerlo. Su inclusión o no depende de una cuestión de interpretación.

A medida que históricamente nos alejamos del presente tenemos menos hechos y más lagunas. En la historia antigua y medieval tenemos pocos datos y nos da la sensación de tenerlo todo. Sólo es una opinión reducida y fragmentaria. Muchos datos de opiniones diversas que arrojarían mucha luz se han perdido sin remisión. La historia que leemos consiste en una serie de juicios admitidos. El historiador de la antigüedad y el medievalista tienen a su disposición un cuerpo manejable de datos históricos. Esta seguridad es debida a la ignorancia de muchos temas. El historiador moderno y contemporáneo ha de seleccionar una serie de datos como hechos históricos. De lo contrario se volverá loco. Los datos por sí solos no bastan. Hay que elaborarlos. 

En el siglo XIX los historiadores solieron desentenderse de la filosofía de la historia porque era un período optimista, con pocas preguntas sobre el sentido de la historia. Ha sido en las últimas décadas cuando se ha empezado a trabajar en serio sobre la pregunta ¿Qué es la Historia?

El pasado que estudia el historiador no es un pasado muerto sino un pasado que vive en parte en el presente. La historia nadie la hace, como no sea el historiador: el único modo de hacer historia es escribirla. Hay que tener en cuenta: 

1) Los hechos históricos nunca llegan en estado puro, sino que son interpretados por la mente del escritor. 

2) Antes de estudiar los hechos hay que estudiar el historiador. Historiar significa interpretar. 

3) Sólo se puede captar el pasado a través del presente. El historiador pertenece a su época. 

El deber del  historiador, además del de ser exacto con los hechos, es el de intentar que no falte ninguno de los datos conocidos o susceptibles de serlo, que sean relevantes para el tema que le ocupa. El historiador y los hechos de la historia se son mutuamente necesarios. Según E.H.Carr, la Historia es un proceso continuo de interacción entre el historiador y sus hechos, un diálogo sin fin entre el presente y el pasado.

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